jueves, 9 de febrero de 2012

Deportistas, por nosotros y por nuestros hijos


A estas alturas, decir que practicar ejercicio físico o deporte es una inversión en salud, puede resultar una perogrullada, pero merece la pena recordarlo. La práctica deportiva (o el ejercicio físico), de la misma manera que la alimentación, condicionan extraordinariamente nuestra salud, tanto en el presente como en el futuro.

Una de las razones más importantes para que los niños y los jóvenes practiquen habitualmente deporte es que así aumentan muy significativamente las posibilidades de seguir practicándolo en la edad adulta, al retener este hábito como un comportamiento natural más, reproducible de forma mecánica, sin necesidad de hacer un esfuerzo especial. En otras palabras: practicar deporte, como todos las hábitos, depende de un proceso de aprendizaje que, cuando más tempranamente lo iniciemos, más posibilidades tendrá de que se afiance en nuestra impronta conductual. Los hábitos adquiridos durante la niñez y la adolescencia nos acompañaran toda la vida.

En el siguiente cuadro podemos observar la relación que existe entre la practica deportiva en el presente y la práctica deportiva en el pasado. Es más probable hacer deporte si anteriormente se ha sido deportista que si no se ha practicado deporte en una fase anterior. Existe una relación de 7:3.



Práctica deportiva en el ciclo de vida pasado
Práctica deportiva en el presente (%)
No
De
niño
79,0
58,5
No
20,7
40,7
De  joven/
adolescente
73,5
41,7
No
26,2
58,3
De
adulto
72,4
22,1
No
27,6
77,7

Otro dato a tener muy en cuenta es la influencia que ejerce la familia en los hábitos de practica deportiva.    En las personas que en la actualidad practican deporte, existe una relación directa entre que sus padres sean o hayan sido deportistas, al haber ejemplificado el hábito de la actividad física. Es decir, muy probablemente, si nosotros practicamos deporte, nuestros hijos también  lo harán. ¿Hace falta un motivo más sólido para ponernos las zapatillas deportivas y salir a caminar o correr? ¡Y en familia!














Fuente del estudio:  http://iesacsic.es/publicaciones/070820110.pdf

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